Pablo nació en Tarso de Cilica (Turquía Occidental) en torno al año 8 de nuestra era, y fue circuncidado a los ocho días (Hch 21,39; Flp 3,5-6). Como judío de la diáspora, pertenecía a la tribu de Benjamín (Rm 11,1). Recibió el nombre hebreo de Saúl (Saulo) y el nombre romano de Pablo (Paulus) (Hch 13,9). Como “fariseo, hijo fariseos”, fue educado en la más estricta religiosidad judía en la escuela de Gamaliel, el Viejo (Hch 22,3; Gal 1,14). Gozaba de la ciudadanía romana (Hch 16,37), prueba fehaciente de su pertenencia a una familia distinguida. Aprendió el oficio de fabricantes de tiendas, profesión que siguió ejerciendo incluso después de ser apóstol (Hch 18,3; 1Tes 2,9). Su salud fue siempre delicada, pues sufrió una enfermedad crónica que le afectaba el rostro (Gal 4,13; 2Cor 17,7).
Como judío, conocía muy bien los entresijos del Antiguo Testamento. El nacimiento en Tarso le familiarizó con la filosofía griega y romana, a la vez que le permitió conocer el calado de la religiosidad y la cultura popular. La descripción del magisterio de Pablo es muy amplia, pero podemos destacar cinco momentos fundamentales:
a.La conversión en el Camino de Damasco (Hch 9,1-19; Gal 1,12-17).
b.El Concilio de Jerusalén (Hch 15,1-35).
c.El Discurso en el Areópago de Atenas (Hch 17,22-34).
d.Los viajes misioneros.
e.La redacción de las Cartas.
Ejercicio: lee la Primera Carta a Timoteo.
Francesc Ramis Darder
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