lunes, 28 de mayo de 2012

¿DESDE CUÁNDO LA BIBLIA SE DIVIDE EN CAPÍTULOS Y VERSÍCULOS?

                                                                                            Francesc Ramis Darder


    En los primeros siglos muchos cristianos aprendían la Biblia de memoria. Por eso cuando era necesario referirse a algún pasaje de la Escritura,  era suficiente recordar alguna palabra o citar un texto de memoria en voz alta. Pero ese sistema tendía a ser poco práctico y generaba, a veces, cierta confusión.

    Para poder encontrar fácilmente las citas de la Biblia, Esteban Langton tuvo la idea de dividir cada libro en capítulos numerados; así se hizo ya en 1226. Más adelante el impresor Robert Estienne, durante un viaje en diligencia de Lyon a París en 1551, puso número a cada una de las frases de esos capítulos: es la división en versículos.

    Esta distribución en capítulos y versículos no siempre corresponde al sentido del texto; pero resulta práctica y por eso la han adoptado todas las Biblias. Para designar un pasaje de la Biblia, basta con dar la referencia; o  sea indicar el libro, el capítulo y el versículo. Por ejemplo Gn 2,4-7 significa: libro del Génesis, capítulo segundo, desde el versículo cuarto hasta el versículo séptimo. Al inicio o al final de nuestra Biblia podemos encontrar un índice con las abreviaturas de todos los libros bíblicos. Cada capítulo se indica con un número impreso en caracteres bien visibles, mientras que los versículos aparecen mediante números más pequeños.

martes, 22 de mayo de 2012

¿CUÁLES SON LOS DOCUMENTOS MÁS ANTIGUOS DEL NUEVO TESTAMENTO?

Francesc Ramis Darder


    Los primeros textos cristianos se redactaron sobre papiros. Un papiro es un “papel” que se fabrica mediante una planta originaria de Egipto “Cyperus papyrus”. El papiro más antiguo que contiene texto del NT se denomina “Papyrus Rylands 3.457” y se encuentra actualmente en la “John Rylands Library” en Manchester. En una cara contiene el texto de Ju 18, 31-33 y en la otra aparece Ju 18, 37-38. Fue encontrado en Egipto donde fue escrito por el año 125; el dato es muy significativo en un doble sentido.

    Por una parte el evangelio de S. Juan quedó escrito entre los años 95-110. Así, el texto de nuestro papiro no es el original de S. Juan, pero es una de las copias más antiguas del evangelio; y lo más importante, el texto del “Papyrus Rylands” coincide con los manuscritos posteriores del evangelio de Juan. Eso prueba la fidelidad con que la Iglesia transmitió el contenido del evangelio. Por otra parte el papiro se encontró en Egipto, a mil kilómetros del lugar donde se redactó el evangelio de Juan; lo cual testimonia la rapidez con que la predicación cristiana llegó a Egipto.

    Por su antigüedad hay otros papiros importantes. El papiro llamado P32, redactado sobre el año 200 contiene Tit 1,11-15 en el anverso y Tit 2,3-8 en el reverso. El “Papiro Barcelona” consta de dos fragmentos; el primero mide 1,85 x 1,2 cm y el segundo 5,5 x 5 cm; presentan Mt 3,9.15; 5,20-22.25-28. El “Papyrus Magdalen” data del año 200 y contiene 19 versículos de Mateo. Entre los papiros del siglo III: “Papyrus Oxyrrinchus” (POxy 12) con Mt 1, 1-9.12.14-20 y el PAmh. I 3b donde figura Heb 1,1.

    Respecto a la cantidad de texto evangélico que presentan los papiros son muy importantes dos colecciones. La colección “Chester Beatty” abarca textos escritos desde el siglo II hasta finales del III: fragmentos de Mateo, Lucas, Juan, Hechos, cartas de Pablo y Apocalipsis. La “Colección Bodmer” presenta fragmentos de Juan (siglo II), la Carta de Judas y las dos de Pedro (III-IV) , fragmentos de Lucas (III) y Hechos de los Apóstoles (VII).  

    La Segunda Carta a los Corintios es el escrito neotestamentario del que mayor cantidad se ha conservado en papiros; la carta contiene 256 versículos de los que 254 han llegado en papiro. El evangelio según S. Mateo es del que menos disponemos en papiro, de 1.071 versículos sólo 197 aparecen en papiro.

sábado, 19 de mayo de 2012

"LA COMUNIDAD DEL AMÉN", NUEVO LIBRO DE FRANCESC RAMIS DARDER

La comunidad del amén
Identidad y misión del Resto de Israel

Francesc Ramis Darder

El Resto de Israel atestiguado por los profetas representa en la antigüedad bíblica un modelo de comunidad que es capaz de contemplar la historia con los ojos de la fe.
El Dios del Amén (Is. 65, 16) constituye una Comunidad del Amén, un grupo amado y sostenido por el Señor a través del tiempo y de las vicisitudes más diversas. En este Resto de Israel se expresa de modo significativo el núcleo de la alianza sinaítica. Es en ella donde este Resto debe fundar su identidad y realizar la misión que se le ha encomendado: testimoniar y ofrecer la salvación de Dios a todas las naciones.
Un estudio sobre el Resto de Israel tiene hoy una especial relevancia, pues ayuda a entender y asumir desde claves nuevas la situación de las Iglesias cristianas que, sobre todo en Occidente, se están configurando como «resto» y fermento dentro de la sociedad.

Ediciones Sígueme
Más informaciónBiblioteca de Estudios Bíblicos, 137                                                              
ISBN: 978-84-301-1801-4
Páginas: 400                                                                                                
Fecha de edición: abril 2012                                 


miércoles, 16 de mayo de 2012

LOS CÓDIGOS SUMERIOS Y LA BIBLIA


Francesc Ramis Darder


    El rey de Sumer, Ur-Nammu (2112-2095 a.C.), o quizá su hijo Sulgi (2094-2047 a.C.), publicó el Código de Ur-Nammu, el más antiguo entre los conocidos hasta ahora. Comienza magnificando la conducta del rey, paladín de la justicia. Algunas disposiciones legales evocan el contenido de la Escritura. Veamos un ejemplo. Declara el Código: Si un esclavo se casa con una esclava que deseaba y después se libera a ese esclavo, el esclavo no podrá dejar la casa (Art. 4). Sentencia la Escritura: Si su amo dio mujer a su esclavo, y ella le dio hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán del amo; cuando el esclavo sea liberado, saldrá solo; si desea conservar mujer e hijos deberá permanecer en casa del amo (Ex 21,3-4). Aunque los matices diverjan, ambos cuerpos legales evocan el principio de la restitución, obviando el carácter vengativo de las leyes antiguas.

   Otro ejemplo. Al decir de Ur-Nammu, si un ciudadano es culpable de perjurio, será multado con quince siclos (Art. 28). Como recalca la Escritura, a quien cometa perjurio debe aplicársele la misma maldad que pretendía contra su hermano (Dt 19,16-19). Ambos códigos castigan el perjurio mediante la restitución. Sin embargo, el planteamiento de la Escritura no se agota en la restitución pecuniaria; también afecta a la persona del ofensor, pues sufrirá el daño que atentaba contra su prójimo. La sentencia de la Escritura es más severa; pues se fija más en la defensa de la persona que en la multa. De ese modo, disuade al perjuro, pues advierte que el mal pretendido recaerá contra quien lo intente.
   
    El preámbulo de las Leyes de Lipit-Istar (1934-1924 a.C.) adscribe a la diosa Nininsina la autoridad sobre la ciudad de Isín. Asentado en Isín y bajo la mirada de Nininsina, el rey Lipit-Istar, entronizado por el dios Enlil, regía el destino del país de Sumer. El texto legal magnifica la conducta del monarca, artífice de la libertad de su pueblo. Las normas del Código presentan analogías con las leyes bíblicas. Señala Lipit-Istar: Si uno alquila un buey y le hace perder un ojo, pagará la mitad del precio de compra (Art. 35). Reseña la Escritura: El que hiera de muerte a un animal indemnizará al propietario, animal por animal (Lv 24,18.21ª). Apreciamos, de nuevo, como las leyes no se ensañan con el culpable, apelan al principio de restitución.

    A los códigos que acabamos de citar, debemos añadir dos tablillas de contenido legal: la tablilla UM y la  tablilla YBC. Ambos textos contemplan situaciones parejas con la Escritura. Dice la tablilla UM: Si alguien golpea a la hija de algún otro y le hace expulsar el feto, pagará media mina de plata como indemnización (Col. II, Art. 3). Algo semejante figura en la tablilla YBC: Si ha golpeado a la hija de alguien y le ha hecho expulsar su feto, pagará un tercio de mina de plata (Art. 2). Subraya la Escritura: Si en el curso de una riña, alguien golpea a una mujer encinta, provocándole el aborto […] indemnizará con lo que le pida el marido y los jueces determinen (Ex 21,22). Tanto las tablillas como la Escritura reconocen el delito y apelan al principio de restitución. Sin embargo, la Escritura no agota la sentencia en el pago de la multa; también garantiza la equidad de la restitución, pues escucha el parecer del marido y el criterio de los jueces.

viernes, 11 de mayo de 2012

¿QUÉ SIGNIFICA LA PALABA MILAGRO?

Francesc Ramis Darder




    Fijémonos en un texto concreto: “Los Diez Leprosos” (Lc 17, 11-19). Jesús se encuentra con diez hombres leprosos y les dice “id a presentaros a los sacerdotes”. Mientras iban de camino quedaron “purificados” de la lepra; uno de ellos, notando que estaba “curado”, se volvió alabando a Dios a grandes voces, y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.

    Los israelitas llamaban lepra a las enfermedades que producían manchas en la piel (Lv 13). Los sacerdotes determinaban quien era leproso observando si había  manchas sobre la piel, por eso Jesús los manda al sacerdote para que verifique la curación. La lepra se consideraba un castigo divino (Nm 12, 9, 16). Los leprosos eran expulsados de los pueblos (Lv 13, 45 ss) y vivían miserablemente en descampado, su única esperanza radicaba en llegada del Mesías que acabaría con la cruel enfermedad (Lc 7, 22).

     Mientras iban de camino quedaron purificados de la lepra, uno de ellos notando que estaba curado...”. Nueve han sido “purificados” pero sólo uno “curado”. La “purificación” representa un cambio externo; el leproso tenía manchas en la piel y ahora no. Los nueve “purificados” han visto en Jesús a alguien especial capaz de conferirles un cambio exterior. En cambio la “curación” denota una transformación interior que se manifiesta externamente. Las manchas han desaparecido, como en los otros nueve, pero a través de la desaparición de las manchas el leproso curado no ha visto en Jesús solamente a un personaje prodigioso, sino que ha percibido la misma presencia de Dios: ese es el auténtico milagro.

    El verdadero milagro no consiste en el cese de la enfermedad, sino en descubrir a través de la desaparición de la dolencia la presencia de Dios que “cura”. Para el AT Dios es el único capaz de curar profundamente “Yo soy Yahvé el que te cura” (Ex 15, 26). El leproso curado se prosterna. Prosternarse, echarse en tierra ante alguien, implica reconocer la manifestación de la divinidad. Para este leproso ha acontecido un milagro, a través de la eliminación de la lepra ha captado en Jesús la presencia del Dios que cura la enfermedad y la angustia de ser humano.

lunes, 7 de mayo de 2012

¿QUÉ SIGNIFICA EL ARCO IRIS?

Francesc Ramis Darder



    Después del diluvio Noé salió del Arca, y el Señor estableció con él una alianza. El signo visible de este pacto es el Arco Iris. La Escritura pone en labios de Dios estas palabras: “Esta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, por todas las edades: Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra (...) y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir a los vivientes” (Gn 9, 12-15). ¿Qué significa este arco?

    Cuando dos países del mundo antiguo, después de una larga guerra, alcanzaban la paz; el rey de cada pueblo colocaba en el techo de la sala del trono su arco de batalla. El Así el arco daba fe de que ambas naciones habían llegado a la paz. Cuando los israelitas veían el arco iris en el cielo pensaban, metafóricamente, que era el arco de Dios. De ese modo, entendían que el Señor había colgado su arco en las nubes y establecido la paz definitiva con su pueblo y con la Humanidad entera.

    La experiencia de Yahvé como el Dios que está en paz con su pueblo es una de las características de la religiosidad israelita. Los pueblos antiguos tenían miedo de Dios. Pensaban en Dios como con un adversario y un contrincante. En cambio, para Israel Dios es alguien que da paz y establece una alianza con su pueblo y con la tierra entera para protegerla.

    La alianza de Dios no se circunscribe a Israel; abarca también a todos los hombres, a los animales y a toda la tierra. Toda la realidad está en manos de Dios, pero no para destruirla, sino para otorgarle paz y confianza. El arco iris es el signo de la alianza de paz que Dios establece con todas sus criaturas.


jueves, 3 de mayo de 2012

¿QUÉ ES LA LECTIO DIVINA?

                                                      Francesc Ramis Darder               




    La Lectio Divina es un antiguo itinerario para la lectura de la Biblia. Los padres de la Iglesia pusieron los fundamentos y los monjes medievales desarrollaron las diversas etapas de que consta. El siguiente método de lectura de la Biblia en grupo está inspirado en la Lectio Divina y consta de los siguientes pasos.

Introducción. Nos reunimos como grupo y antes de acercarnos al texto bíblico preparamos nuestro interior con una breve plegaria: “Habla Señor que tu Siervo escucha” (1 Sam 3, 10). Le pedimos a Dios que abra nuestros corazones para entender su Palabra y trasformar con ella nuestra vida.
 
1º Paso: Lectura atenta del texto (lectio). Alguien lee el texto en voz alta y después todos, durante cinco minutos, leen en silencio. Intentamos ver qué dice el texto, comprendiendo bien todas las palabras y ayudándonos con las notas de la Biblia. Compartimos en el grupo las dudas de comprensión que hayamos tenido.

2º Paso: Nos dejamos interpelar por el texto (meditatio). Alguien del grupo lee el texto en voz alta y después, durante diez minutos, todos lo leen en silencio. Cada uno se hace esta pregunta: ¿qué me dice el texto? para ver qué comunica la Palabra a nuestra situación personal, comunitaria, social ... .Después ponemos en común, con sencillez, aquello que la Palabra de Dios nos ha  comunicado.

3º Paso: La Palabra nos exige una respuesta (oratio-actio). Proclamamos la Palabra en voz alta y después, durante cinco minutos, cada una lee personalmente. Intentamos discernir qué respondemos a nuestra vida desde la Palabra que hemos escuchado. Observamos como la Palabra de Dios nos exige convertir algún aspecto de nuestra existencia. Compartimos con los hermanos el compromiso a que nos lleva la Palabra.

Conclusión. El encuentro termina con una oración conocida por todos (Padrenuestro, Salmo). En esta plegaria pedimos a Dios la fuerza necesaria para llevar a término el compromiso que nos ha exigido la lectura atenta de la Palabra de Dios.