Francesc Ramis Darder
Después del diluvio Noé salió del Arca, y el Señor estableció con él una alianza. El signo visible de este pacto es el Arco Iris. La Escritura pone en labios de Dios estas palabras: “Esta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, por todas las edades: Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra (...) y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir a los vivientes” (Gn 9, 12-15). ¿Qué significa este arco?
Cuando dos países del mundo antiguo, después de una larga guerra, alcanzaban la paz; el rey de cada pueblo colocaba en el techo de la sala del trono su arco de batalla. El Así el arco daba fe de que ambas naciones habían llegado a la paz. Cuando los israelitas veían el arco iris en el cielo pensaban, metafóricamente, que era el arco de Dios. De ese modo, entendían que el Señor había colgado su arco en las nubes y establecido la paz definitiva con su pueblo y con la Humanidad entera.
La experiencia de Yahvé como el Dios que está en paz con su pueblo es una de las características de la religiosidad israelita. Los pueblos antiguos tenían miedo de Dios. Pensaban en Dios como con un adversario y un contrincante. En cambio, para Israel Dios es alguien que da paz y establece una alianza con su pueblo y con la tierra entera para protegerla.
La alianza de Dios no se circunscribe a Israel; abarca también a todos los hombres, a los animales y a toda la tierra. Toda la realidad está en manos de Dios, pero no para destruirla, sino para otorgarle paz y confianza. El arco iris es el signo de la alianza de paz que Dios establece con todas sus criaturas.
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