lunes, 25 de febrero de 2013

¿QUIÉN ES HERODES?


                                                                               Francesc Ramis Darder


Solemos suponer que el nombre “Herodes” refiere una sola persona, sin embargo durante el período del NT tras el apelativo “Herodes” se ocultan varios personajes.

    Herodes I el Grande no era de origen hebreo, y por eso muchos judíos no aceptaron su gobierno. Mediante el ejercicio de la intriga y de una crueldad ilimitada consiguió que los romanos le nombraran rey de Palestina (37-4 aC). Para congraciarse con el pueblo levantó edificios suntuosos, remozó el Templo de Jerusalén y protegió el país con numerosas fortalezas. El Evangelio sitúa durante su reinado el nacimiento de Jesús (Mt 2,1), la adoración de los magos (Mt 2,3) y la matanza de los inocentes (Mt 2,16).

    Herodes Filipo Boeto residió en Roma y careció de ambición política. El Evangelio le presenta bajo el nombre de Filipo, y reseña como su esposa Herodías le abandonó para casarse con su cuñado Herodes Antipas (Mt 14,3; Mc 6,17).

    Herodes Antipas fue tetrarca de Galilea y Perea (4 aC-39 dC); el título de “tetrarca” equivale a lo que podría ser un conde o un marqués. Fue él quien, por instigación de Herodías, hizo decapitar a Juan el Bautista (Mt 14,1-12), y durante la pasión interrogó y despreció a Jesús (Lc 23,6-9).

    Herodes Filipo fue soberano de Iturea y Traconítide (4 aC-36dC) como relata Lc 3,1. Se casó con Salomé, hija de Herodías. Construyó las ciudades de Betsaida y Cesarea de Filipo, ciudad en que tuvo lugar la confesión de Pedro (Mc 8,27-30).

    Herodes Agripa I fue rey de toda Palestina (41-44 dC). Hizo decapitar a Santiago el Mayor (Ac 12,1), y encarceló a Pedro (Ac 12,3-4). Según narra el libro de los Hechos de los Apóstoles murió carcomido por una cruel enfermedad (Ac 12,23).

    Herodes Agripa II, con el consentimiento romano, reinó sobre algunos territorios de Judea. Concluyó la edificación del Templo de Jerusalén iniciada por su abuelo Herodes I el Grande. Desgraciadamente dicho Templo fue destruido por los romanos 7 años después de su consagración definitiva. El rey vivió maritalmente con su hermana Berenice. Los Hechos de los Apóstoles narran el interrogatorio a que sometió al apóstol Pablo (Ac 25, 13 - 26,31).

domingo, 17 de febrero de 2013

EL SEÑOR, DIOS LIBERADOR

                                                                         Francesc Ramis Darder


El acontecimiento central del AT radica en la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto. Los israelitas compusieron un credo para confesar que la liberación de Egipto era el suceso crucial de su vida: “Éramos esclavos del faraón en Egipto, y Yahvé nos sacó de Egipto con mano fuerte ... para entregarnos la tierra que bajo juramento había prometido a nuestros padres” (Dt 6,20-24).

   Yahvé, por medio de Moisés, liberó a Israel. El pueblo cruzó el mar y atravesó el desierto hasta el monte Sinaí, donde el Señor le entregó las tablas de la Ley. Después, Israel, siguió su camino hacia la Tierra Prometida que conquistó bajo el mando de Josué (Ex-Jos). La historia narra la liberación de Israel pero la identidad del Dios que libera debemos buscarla en el relato de la vocación de Moisés (Ex 3,7-12).

    Los israelitas gemían por la opresión de los egipcios (Ex 2,23). Su dolor llegó a Yahvé que dijo a Moisés: “He visto la aflicción de mi pueblo y escuchado su clamor, conozco su sufrimiento ... y he bajado para liberarle” (Ex 3,7-8). Notemos el detalle: Israel sufre en Egipto pero antes de implorar la salvación, el Señor se adelanta a liberarlo. ¡Dios nos ha amado primero!

    La historia muestra al hombre angustiado por los avatares de la vida. Las religiones describen cómo el hombre oprimido ofrece sacrificios para obtener el favor divino. Israel padeció oprobio en Egipto; pero, y ahí está la diferencia, no es Israel quien se gana el favor de Dios con sacrificios, sino que Yahvé se adelanta a amarlo y liberarlo.

    La vocación de Moisés ofrece otro detalle importante. “Moisés vio que la zarza estaba ardiendo, pero no se consumía” (Ex 3,2). ¿Qué representa la zarza que arde sin consumirse? La zarza simboliza a los creyentes que siguen al Dios liberador. Las dificultades que queman nuestra existencia como el fuego de la zarza, son muchas. Sin embargo, el creyente sabe que por duro que sea el resquemor de la vida su existencia nunca llegará a consumirse porque a su lado está la voz del Dios que libera.

    Yahvé no sólo salvó a Israel de Egipto, también nos libera hoy. Sentirse liberado significa creer que Dios nos ha ganado para sí, nos ha amado primero. Confiar en que si nos mantenemos fieles al Dios del amor luchando por la liberación humana, no habrá contrariedad capaz de aniquilarnos para siempre.

sábado, 2 de febrero de 2013

¿QUÉ SIGNIFICA LA CUARESMA? MEDITACIÓN SOBRE LA CUARESMA

                                                                      Francesc Ramis Darder


Juan Pablo II hizo público un mensaje de Cuaresma con un título emblemático: “La Caridad no lleva cuanta del mal”.

    El lema está tomado de la página del Nuevo Testamento que mejor habla del amor: “... el amor es paciente y bondadoso; no tiene envidia, ni orgullo ni jactancia. No es grosero ni egoísta; no se irrita ni lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que encuentra su alegría en la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo aguanta. Este amor no pasará nunca (1Cor 13,4-8).

    La Cuaresma es el camino de preparación para la Pascua; por eso nos invita a vivir intensamente la caridad, para que el domingo de resurrección podamos encontrarnos plenamente con el Dios del amor (1Ju 4,8).

    El Papa invita a vivir intensamente el amor advirtiéndonos de la necesidad de tomar en serio la Eucaristía y la Reconciliación. No se limita a recordarnos la celebración de estos sacramentos, sino que nos llama a celebrarlos y a vivirlos con intensidad.

    Vivir el sacramento de la Reconciliación implica que nos dejemos perdonar por Dios, pero también que sepamos perdonar al prójimo y a quien pensemos tener por enemigo. Vivir la reconciliación significa la capacidad de saber perdonarnos los errores cometidos en el pasado para aprender a construir el futuro desde la esperanza que confiere la fe.

    Vivir la reconciliación supone vivir en paz consigo mismo, a la vez que compromete  nuestra vida a sembrar la paz en nuestro mundo. No cualquier paz sino la paz cristiana, aquella que brota cuando existe una situación de justicia social para todos.

   Vivir la Eucaristía requiere la opción por compartir y comprometer nuestra existencia con los demás. Vivir la Eucaristía implica disponer de un corazón amplio para compartir la mesa con todos, especialmente con los emigrantes y todos los que necesitan acogida, comprometer nuestra vida con los que carecen de techo y les falta el pan.

    La Reconciliación y la Eucaristía son dos aspectos de la vivencia del amor, y en su celebración sacramental recibimos la gracia de Dios que se compromete con nosotros para que podamos vivir plenamente el amor. Pues amar y sentirse amado es lo único que confiere sentido a la vida, y prepara la existencia humana para el encuentro con Cristo resucitado el día de Pascua.

CUARESMA 2013. SEMANA SANTA 2013. DURANTE LA CUARESMA Y LA SEMANA SANTA RECEMOS CON LA BIBLIA


                                                                   Francesc Ramis Darder


La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de El (S. Agustín).

Metodología para la oración:

1. Comencemos haciendo unos momentos de silencio. Pacifiquémonos. Sintámonos bien con nosotros mismos, en silencio, en paz.

2. Observemos nuestra vida. Aquellas situaciones que nos alegran, y también aquellas que nos provocan angustia y dolor.

3. Leamos algún texto de la Sagrada Escritura (en estas hojas tenemos un conjunto de citas tomadas de la Biblia). Elijamos una cada día de la Cuaresma y de la Semana Santa. Leámoslo despacio. Fijémonos en alguna palabra o en alguna frase que pueda iluminar nuestra vida.

4. En nuestro interior vayamos repitiendo lentamente esta palabra o esta frase.

5. Apliquemos esta palabra o esta frase a la situación de nuestra vida que antes hemos contemplado. Pidamos a Dios que nuestro actuar vaya en consonancia con estas palabras de la Escritura que hemos repetido en nuestro interior.


CITAS BÍBLICAS PARA LA ORACIÓN DURANTE LA CUARESMA Y LA SEMANA SANTA



FEBRERO

Día 13. “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que brota de la boca
              de Dios” (Mt 4, 4).

14. “El Reino de Dios no tiene que ver con lo que uno come o bebe; camina en la
       justicia, la paz y el gozo del Espíritu Santo” (Rm 14, 17).

15. “Hermanos: Habéis sido llamados a la libertad, pero no os aprovechéis con
        egoísmo, sino al contrario: por el amor servios unos a otros” (Gal 5, 13).

16. “Aspirad a las cosas grandes ... sintonizad con las cosas de más arriba,
        no con las  de la tierra” (Col 3, 1-2).

17. “En verdad os digo: el comportamiento que habéis tenido con cualquiera de mis
      hermanos más pequeños, lo habéis tenido conmigo” (Mt 25, 40).

18. “No te avergüences nunca de dar testimonio de nuestro Señor Jesucristo”
      (2 Tm 1, 8).

19. “Dios es Espíritu, por eso aquellos que le adoran deben hacerlo en espíritu y en
      verdad” (Jn 4, 24).

20. “El Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad: en la oración, nosotros no
      sabemos a ciencia cierta lo que debemos pedir, pero el Espíritu en persona
      intercede por nosotros con gemidos”  (Rm 8, 26).

21. “Si alguno de vosotros quiere seguirme, que se niegue a sí mismo, que tome su
      cruz y que me siga” (Lc 9, 23).

22. “Vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis” (Mt 6, 8).

23. “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por
      añadidura” (Mt 6, 33).

24. “Si os mantenéis en mi palabra, seréis en verdad discípulos míos, tendréis
      experiencia de la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8, 31-32).

25. “¡ Cuántas gracias le doy a Dios por Jesús, Mesías, Señor nuestro !” (Rm 7, 25).

26. “El amor que Dios nos tiene inunda nuestros corazones por el Espíritu Santo
       que  nos ha dado”  (Rm 5, 5).

27. “Seguidme y os haré pescadores de hombres”  (Mc 1, 17).

28. “No habéis recibido espíritu de esclavos para tener miedo, sino un espíritu de
        hijos, que nos hace clamar con fuerza: Abba, Padre” (Rm 8, 15).


MARZO


1. “Dejad de amontonar riquezas en la tierra, donde la polilla y la carcoma las
        echan a perder y donde los ladrones abren boquetes y roban”  (Mt 6, 20).

2. “Cuando hagas limosna, que tu mano izquierda no se de cuenta de que lo hace
        tu derecha” (Mt 6, 3).

3. “Los frutos del Espíritu son: amor, alegría, paz, paciencia, humanidad,
        bondad,   fidelidad, mansedumbre, control de uno mismo” (Gal 5, 22).

4. “Pues si perdonáis las culpas a los demás, también vuestro Padre del Cielo os
        perdonará a vosotros” (Mt 6, 14).

6. “Pienso que todos los sufrimientos de este mundo no tienen comparación con
        la felicidad que se ha de revelar en nosotros” (Rm 8, 18).

7. “Aquel que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
       nosotros,  ¿ cómo es posible que con El no los lo regale todo ?” (Rm 32).

8. “El ayuno que yo quiero es éste: abrir las prisiones injustas, hacer saltar los
        cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, partir tu pan con el
        hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo ...”
        (Is 58, 6-7).

9. “El Señor es Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor hay libertad”
        (2 Cor 3, 17).

10. “Bienaventurados los pobres porque de ellos es el Reino de los Cielos”
       (Mt 5, 3).

11. “Amad a vuestros enemigos y rezad por aquellos que os persiguen; así os
        asemejaréis a vuestro Padre del Cielo, que hace salir el Sol sobre buenos y
        malos y envía la lluvia a justos e injustos” (Mt 5, 44-45).

12. “Aquello que viene de fuera no puede ensuciar al hombre ... lo que le ensucia
        es   aquello que le sale de dentro” (Mc 7, 18.21).

13. “Igual que mi Padre me amó os he amado yo. Manteneos en ese amor que os
        tengo, y para manteneros en mi amor cumplid mis mandamientos” (Jn 15, 9).

14. “A los ricos de este mundo insísteles en que no sean soberbios ni pongan su
        confianza en riqueza tan incierta, sino en Dios que nos procura todo en
        abundancia para que lo disfrutemos” (1 Tm 6, 17).

15. “Estad siempre alegres, orad constantemente, dad gracias en toda circunstancia
        porque esto quiere Dios de vosotros como cristianos” (1 Tes 5, 17).

16. “Si yendo a presentar tu ofrenda ante el altar, te acuerdas allí que tu hermano
        tiene algo contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, y ve primero a reconciliarte
        con tu hermano; vuelve entonces y presenta tu ofrenda” (Mt 5, 23).

17. “Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la
        viga que tienes en el tuyo” (Mt 7, 3).

18. “No basta decir  <Señor, Señor> para entrar en el Reino de los Cielos; no, hay
        que poner por obra el designio de mi Padre del Cielo” (Mt 7, 21).

19. “Acercaos a mí todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os daré
        respiro” (Mt 11, 28).

20. “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; igual que yo os he
        amado, amaos también entre vosotros. En eso conocerán que sois discípulos
        míos: en que os amáis unos a otros” (Jn 13, 34-35).

21.  No estéis agitados; fiaos de Dios y fiaos de Mí” (Jn 14, 1).

22. “No me elegisteis vosotros a mí, fui yo quien os eleg a vosotros y os destiné a
      que os pongáis en camino y deis fruto” (Jn 15, 16).

23. “Os he dicho estas cosas para que gracias a Mí tengáis paz. En el mundo
      tendréis  apreturas, pero, ánimo, que yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33).

24.  “Por consiguiente acogeos mutuamente como el Mesías os acogió para honra
       de Dios” (Rm 15, 7).

25. “A nadie le quedéis debiendo nada más que el amor mutuo, pues el que ama a
      otro tiene cumplida la Ley” (Rm 13, 8).

26. “Esmerémonos en lo que favorece la paz y construye la vida común”
     (Rm 14, 19).

27. “Así que esto queda: fe, esperanza, amor; estas tres, y de ellas la más valiosa
      es el amor” (1 Cor 13, 13).

28. “Por consiguiente, queridos hermanos, estad firmes e inconmovibles, trabajando
      cada vez más por el Señor, sabiendo que vuestras fatigas como cristianos no
      son inútiles” (1 Cor 15, 58).

29. “El favor del Señor Jesús Mesías y el amor de Dios y la solidaridad del Espíritu
      Santo, estén con todos vosotros” (2 Cor 13, 13).

30. José de Arimatea descolgó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso
     en un sepulcro que estaba excavado en la roca; luego, hizo rodar una piedra
     sobre la entrada del sepulcro. María Magdalena y María la de Joset se fijaban
    donde era puesto (Mc 15,46-47).

31. Jesús de Nazaret, el Crucificado, ¡HA RESUCITADO!  (Mc 16,6).