Al leer el primer capítulo del Evangelio de san Mateo hallamos la genealogía de Jesús, y tendemos a pensar que constituye sólo la enumeración de los antepasados de Cristo. Ahora bien, la genealogía implica mucho más, pues, valiéndose del lenguaje antigua, desvela la identidad más intima del Señor. Veámoslo.
Cuando los hebreos redactaban en el siglo I las listas genealógicas familiares, no sólo pretendían indagar los nombres de los ancestros, sino que procuraban, sobre todo, destacar alguna cualidad esencial del personaje central. Así Mateo, en su genealogía, afirma una cualidad esencial de Jesús: “Jesús es el Mesías, Hijo de David, Hijo de Abrahán” (Mt 1,1). Mateo certifica que Jesús es hebreo, Hijo de Abrahán; afirma también que es el Mesías prometido en el Antiguo Testamento; a la vez que sentencia su pertenencia al linaje de David. Como sabemos, los judíos del siglo I anhelaban la llegada del Mesías, descendiente de David.
La manera de escribir propia del siglo I difería de la nuestra. Para persuadir a sus lectores de que Jesús es descendiente de David, Mateo afirma lo siguiente: “Así pues, son catorce las generaciones desde Abrahán hasta David, catorce desde David hasta la cautividad de Babilonia, y catorce desde la cautividad de Babilonia hasta la llegada del Mesías” (Mt 1,17). Notemos como aparecen 3 bloques generacionales, con 14 generaciones cada uno. ¿Por qué emplea Mateo este procedimiento? Indaguémoslo.
La lengua hebrea se escribe sin letras vocales, por tanto la palabra “DAVID” se escribe “DVD”. Además, cada letra del alfabeto hebreo adquiere un valor numérico; así la grafía “DVD” adquiere el valor numérico de 14. Notemos el detalle, la palabra “DVD” dispone de 3 letras y la suma de las tres D+V+D da como resultado 14. Por eso y para dejar claro que Jesús es descendiente de David, Mateo redacta su genealogía en 3 bloques de 14 generaciones cada uno. De ese modo los cristianos confesaban que Jesús era descendiente de David, no sólo por lo que el Mateo “decía” en el Evangelio, sino también por la forma “en que lo decía”, las tres referencias al número 14, símbolo de la personalidad de David. ¡Cuantos secretos guarda la Biblia!: Leámosla y los descubriremos.
Francesc Ramis Darder
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