domingo, 20 de abril de 2014

PASCUA 2014. ¡CRISTO HA RESUCITADO!

Las narraciones de la resurrección de Jesús presentan una frase fundamental “Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí...” (Mc 16, 6). Esta expresión es el centro del NuevoTestamento y de toda la Biblia. No es una simple frase, constituye nuestra confesión de fe. ¡Cristo ha resucitado! es el núcleo del gozo cristiano y del evangelio. Si elimináramos del NT la proclamación de la resurrección de Jesús nuestra fe se desvanecería y el NT perdería su profundo valor. Dice S. Pablo “Si Cristo no ha resucitado, entonces nuestra predicación no tiene contenido ni vuestra fe tampoco” (1 Cor 15, 14).

    La certeza de que Cristo Vive es el centro de nuestra fe. Sucede que el lenguaje humano es insuficiente para expresar el significado preciso de la resurrección de Jesús. Por eso el NT utiliza dos tipos de vocabulario, entre otros, para describir la vida nueva del Señor: el lenguaje de resurrección y el de exaltación.

    El lenguaje de resurrección figura en las narraciones de la tumba vacía (Mt 28, 1-10 y par.); “Porqué buscáis entre los muertos al que vive. No está aquí, ha resucitado” (Lc 24, 5-6). Se basa en un esquema temporal; Jesús “antes” estaba muerto y “ahora” ha resucitado. Tiene la ventaja de destacar la continuidad en la persona de Jesús. El mismo Jesús que predicaba en Palestina y murió en Jerusalén es el  que ha resucitado; pero, muestra la desventaja de no explicar la nueva vida que alcanza Cristo después de la resurrección.

     De ahí que la Iglesia introdujera el lenguaje de exaltación que aparece en algunas Cartas (Flp 2, 1-11) discursos (Act 3, 13) y en las narraciones de la Ascensión del Señor (Lc 24, 50-53; Act 1, 3-11). Este lenguaje utiliza palabras como “exaltación , subida”: “Por lo cual Dios lo exaltó y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre” (Flp 2, 9). Se basa en un esquema espacial, existe un “abajo”, la tierra, donde acaece la muerte de Cristo y un “arriba”, el cielo, que es la nueva forma de vida de Cristo resucitado. La combinación de los dos lenguajes (Act 2, 23-24.32-33) perfila mejor el sentido de la resurrección pero no llega a agotarlo.

     La resurrección de Jesús es un hecho de revelación que se percibe desde la fe; el lenguaje bíblico la explica mediante el vocabulario de resurrección y exaltación; y la vivencia de la comunidad cristiana la experimenta de forma privilegiada en la celebración de la Eucaristía y en la práctica de la caridad. Especialmente duramnte el tiempo pascual demos testimonio vivo de Jesús; pues como repite el papa Francisco la vida cristiana atractiva contagia la ilusión por vivir el evangelio a quenes aún deconocen a Jesús. El amor de Dios, sembrado en la humanidad por el testimonio cristiano, planta en el corazón del ser humano la esperanza en un mundo nuevo, metáfora del Reino de Dios..

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