domingo, 3 de noviembre de 2013

¿POR QUÉ TENEMOS CUATRO EVANGELIOS CANÓNICOS: MATEO, MARCOS, LUCAS Y JUAN? ¿CÓMO SE FORMÓ EL CANON DE LOS CUATRO EVANGELIOS?


                                                                                               Francesc Ramis Darder


La palabra “canon” significa “norma, medida” y, aplicada al Nuevo Testamento, indica el número de libros que contiene y que establecen las normas esenciales de fe de la Iglesia. Pero ¿cómo se estableció la existencia de cuatro evangelios canónicos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan?

Al principio, la Iglesia leía el Antiguo Testamento y percibía en la vida de Jesús el cumplimiento de las promesas de la Antigua Alianza. Con el tiempo, aparecieron muchos escritos referidos a la vida del Señor. Para discernir cuáles eran revelados y cuáles se limitaban a ser libros piadosos, la Iglesia adoptó dos criterios.

1º La primera carta de S.Clemente Romano, obispo de Roma, dirigida a los corintios y redactada por los años 96-97, elabora la idea de “Sucesión Apostólica”; según la cual, los obispos, sucesores de los apóstoles, garantizan la veracidad de la tradición recibida por la Iglesia, que comprende el Antiguo Testamento y las palabras y hechos del Señor.

2º El texto llamado “Espistola Apostolorum”, escrito entre los años 140-150, desarrolla las nociones de “Tradición Apostólica” y “Símbolo Apostólico”, afirmando que debe aceptarse la doctrina de Jesús tal y como ha sido transmitida por los apóstoles y garantizada por sus sucesores, los obispos.

Más tarde, S.Justino (+165) sintetiza ambos criterios. Afirma que la experiencia de Cristo que tuvieron los apóstoles les confiere a ellos, y por medio de ellos a sus sucesores los obispos, la autoridad para establecer cuáles son los textos revelados. Siguiendo esa afirmación, S.Ireneo (+202) defiende, con el consenso de la Iglesia, la canonicidad de los cuatro evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan; enfrentándose a la opinión de Marción que sólo admitía una parte del evangelio de Lucas, y contra el criterio de Montano que consideraba Sagrada Escritura todo libro piadoso.

S. Ireneo, para afianzar su posición, consideró también la obra compuesta por Taciano hacia el 170 llamada “Diatessaron”, que presenta una armonía de los cuatro evangelios canónicos y que era muy utilizada en la Iglesia.

Finalmente, en un escrito denominado “Fragmento Muratoniano”, escrito a finales del siglo II, probablemente en Roma, consta el reconocimiento oficial de la antigüedad canónica de los textos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

La Iglesia mediante la asistencia del Espíritu Santo, manifestado en el debate interno, estableció cuáles son los textos sagrados, sometiéndose por eso a las exigencias proclamadas por el mismo Señor. Si la Iglesia hubiera actuado sólo con criterios humanos podría haber elegido textos más “cómodos” y quizá más fáciles de llevar a la práctica, con menos exigencias. Pero la presencia del Espíritu, palpada en el diálogo entre los miembros de la comunidad, la llevó a reconocerse en los textos evangélicos que exigían la mayor fidelidad a Jesús, e implicaban el esfuerzo para implantar Reino de Dios en el seno de la Humanidad y en el corazón de cada persona.

No hay comentarios: