domingo, 7 de agosto de 2016

HISTORIA DE LA CAÍDA DEL REINO DE ISRAEL


                                                  Francesc Ramis Darder
                                                   bibliayoriente.blogspot.com


Los reinos de Israel y de Judá sufrieron, a menudo, las consecuencias de los continuos enfrentamientos entre las potencias mesopotámicas y el país del Nilo. El Imperio asirio fue especialmente duro con los pequeños estados de Palestina. El reino de Israel padeció primero el acoso de Teglatfalasar III (745-727 a.C.) quien conquistó las regiones septentrionales y deportó a sus habitantes para asentarlos en tierras asirias (2Re 15,29). Más tarde Sargón II (722-705 a.C.) destruyó Samaría, se anexionó el reino del Norte (722 a.C.) y deportó a los habitantes de Israel a lejanas regiones del Imperio asirio: Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de Media (722 a.C.) (2Re 17,5-6). El ataque de Teglatfalasar y la posterior conquista de Sargón pusieron fin al Reino del Norte, Israel (2Re 15,27-31).

    El reino de Judá también soportó el envite de Asiria. Los pequeños estados de Oriente Medio (Judá, Israel, Siria, etc.) estaban sometidos a la arbitrariedad asiria. Algunos reinos minúsculos decidieron rebelarse contra Asiria y formaron una coalición en la que el monarca judaíta, Ajaz (735-727 a.C.), se negó a participar. Entonces los reyes de Israel, Pécaj (736-730 a.C.), y de Siria, Rasín (740-732 a.C.), atacaron al rey de Judá para obligarle a integrarse en la alianza contra Asiria. La guerra emprendida por Siria e Israel contra Judá se denomina guerra Siro-efrainita. El rey de Judá, aterrorizado ante la embestida de los dos reyes vecinos, pidió ayuda a Teglatfalasar III, emperador asirio (745-727 a.C.).

    El rey asirio protegió a Ajaz de los ataques de Siria e Israel. El emperador conquistó Damasco, capital de Siria, y deportó a sus habitantes a Guir, en Asiria, y ejecutó a su rey, Rasín; corría el año 732 a.C. (2Re 16,9). Teglatfalasar, como acabamos de mentar, también atacó Israel anexionándose las regiones norteñas y deportando su población a Asiria (2Re 15,29). La confusión se apropió de los israelitas y Oseas, hijo de Elá, conspiró contra Pécaj, lo mató y le sucedió en el trono de Israel (2Re 15,30) (731 a.C.). Salmanasar V (727-722 a.C.), sucesor de Teglatfalasar III, atacó al rey de Israel, Oseas; el monarca no tuvo más remedio que ceder al envite y hacerse vasallo del rey de Asiria pagándole un fuerte tributo.

     Más tarde Oseas dejó de pagar el impuesto y recabó el auxilio de So, rey de Egipto, para zafarse de la tiranía asiria. Sin embargo Salmanasar le descubrió, le hizo prisionero y le metió en la cárcel (2Re 17,1-4); y, como decíamos antes, el rey asirio, Salmanasar V o su hijo Sargon II (722-705 a.C.), conquistó Samaría con lo que Israel desapareció de la historia y quedó anexionado al Imperio asirio (722 a.C.) (2R 17,5-6).

     El auxilio asirio salvó, efectivamente, a Judá de las garras de Rasín y Pécaj, pero la ayuda no fue gratuita (2R 16,8.18). El emperador asirio sometió a Ajaz al pago de un tributo de guerra: el monarca judaíta tomó la plata y el oro que había en el Templo del Señor y en el Palacio real y lo remitió al soberano asirio (2Re 16,8-9).




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