viernes, 13 de julio de 2018

LISTA REAL SUMERIA



                                     Francesc Ramis Darder
                                     bibliayoriente.blogspot.com


Corría el año 1921 cuando Weld-Blundell, mecenas del arte, compró un prisma (20 alto x 9 ancho cm.) que contenía en cada una de sus cuatro caras dos columnas, escritas en sumerio, con la lista de las dinastías de varias ciudades mesopotámicas y la duración del reinado de los monarcas; el elenco ha venido a llamarse “Lista Real sumeria”. El origen de la Lista hundía sus raíces en la tradición oral, hasta que fue puesta por escrito en tiempos de Utu-Hergal (2123-2113 a.C.); el prisma de Weld-Blundell constituye una copia elaborada en Larsa hacia el 1800 a.C. Como dijimos, Utu-Hergal había expulsado a los qutu y deseaba erguirse como único soberano sobre el territorio sumerio. El rey auspició la composición de la Lista, anclada en la tradición oral y enhebrada con la mitología, para establecer que tanto él como la ciudad de Uruk, sede de su corona, eran los herederos legítimos del lagado sumerio.

    El comienzo de la Lista sentencia: “Después que la realeza descendiera del cielo, se asentó en Eridu”; así establece el origen divino de la monarquía y señala la primera morada de los reyes en Eridu. A continuación, determina la identidad de los primeros monarcas de Eridu: Alulim (reinó 28800 años) y Alangar (36000 años). Cuando cayó Eridu, la realeza fue llevada a Bad-Tibira donde gobernaron tres reyes de duración fabulosa. Al hundirse Bad-Tibira la monarquía fue llevada a Larak, donde reinó En-sipa-zi-ana (28000 años). Cuando desapareció Larak, la casa real pasó a la ciudad de Sippar y después a Shurrupak; después gobernaron ocho reyes sobre cinco ciudades, el último fue Ziusudra. La duración fantástica de cada reinado es la metáfora con que los sumerios subrayan el origen divino de la monarquía; mientras el desplazamiento de la realeza por distintas ciudades refleja que el territorio sumerio estuvo sometido a la autoridad de la urbe más relevante.

    Como señala la Lista, un Diluvio se precipitó sobre la tierra y acabó con la civilización. Aunque la mención del Diluvio case bien con los continuos desbordamientos fluviales que arrasaban la región, constituye la metáfora de acontecimientos históricos que alteraron el dominio sumerio sobre las ciudades. Mesopotamia estuvo sufrió incontables invasiones y guerras civiles entre los principados que asolaron la región; la Lista esconde, bajo la metáfora del Diluvio, la devastación causada por las invasiones o los conflictos civiles.

    Como establece la Lista “cuando el Diluvio hubo terminado, la realeza descendió otra vez del cielo y se estableció en Kish”; es decir, cuando cesó la devastación, causada por invasiones o conflictos civiles, la monarquía, asentada en el cielo, floreció en Kish, ciudad que dominó Sumeria. Veintitrés reyes (Jushur […] Agga) gobernaron durante períodos fabulosos (entre 1200 y 140 años); matices en el prisma inclinan a los comentaristas a percibir veinticuatro reyes. Al decir de la Lista, “llegó un momento en que Kish fue derrotada y la realeza pasó a la ciudad de Uruk”; doce reyes gobernaron desde Uruk (Mesk-ki-ang-gasher […] Lugal-Kitun). Más adelente, “Uruk fue derrotado y la realeza pasó a Ur”; cuatro reyes gobernaron en Ur (Mesanepeda […] Balulu). Después “Ur fue derrotada y la realeza pasó a Awan”, donde gobernaron tres reyes. Entonces, prosigue la Lista, “Awan fue derrotada y la realeza pasó a Kish”, donde ciñeron la corona ocho reyes. Cuando “Kish fue derrotado, la realeza pasó a Hamazi, con un rey, Hadanisk. Prosigue la Lista, “Hamazi fue derrotada y la realeza pasó a Uruk”, tres reyes. Al ser vencida Hamazi, la realeza quedó trasferida a Uruk, tres reyes; de Urun pasó a Ur, tres reyes; de Ur pasó a Adad, tres reyes; de Adad a Mari, seis reyes; de Mari a Kisk, un rey. Como establece la Lista, “Kish fue derrotada y la realeza pasó a Akshak”; después volvió a Kish; a continuación, a Uruk, regida por Lugarzagesi; acto seguido, advino la etapa acadia (Sargón […] Shar-kali-sharri). Continua la Lista, “cuando Agadé fue derrotada, la realeza pasó a Uruk”; después, aconteció la etapa de los qutu, hasta que Utu-Hergal los expulsó e inauguró su dinastía. Ampliaciones posteriores de la Lista, mencionan los reyes de Ur e Isín.

    Acabada la descripción de la Lista, proceden varias observaciones. Aunque despunten reinados de duración fantástica, desde el sexto rey de Uruk figuran algunas cifras más razonables (entre treinta y seis, y seis años); el aura mitológica cede paso al ámbito histórico. Al principio, la realeza descendía del cielo, eco del aura divina de los reyes, pero más adelante pasa de Kish a Uruk, signo de la dimensión terrenal que adquiere la monarquía. Los reyes de Kish fueron veinticuatro (23) y los de Uruk doce. Los sumerios contaban en base doce, el número de falanges de la mano. El número veinticuatro señala las falanges de ambas manos, e indica, por eso, un gobierno perfecto, de aura divina, pues la realeza de Kish descendía del cielo. El número doce alude a la mitad de las falanges, señala una realeza plena desde la vertiente humana, pues los reyes de Uruk no procedían del cielo, se habían impuesto desde Kish.

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