Francesc Ramis Darder
La realidad social no está teñida de color de rosa, sino todo lo contrario. Los medios de comunicación muestran cómo los acontecimientos están cargados de dureza: guerras, terremotos, altercados, y un sinfín de sucesos trágicos. A veces los medios de comunicación se ceban en la morbosidad de la noticia.
Comenzó a publicarse en Estados Unidos un periódico que sólo daba buenas noticias, y al poco tiempo la empresa quebró. Hablar en positivo no consiste en dar sólo buenas noticias. Consiste en describir la realidad a veces cruel de nuestro mundo, pero sin detenerse sólo en ella; hay también en nuestro mundo acontecimientos que generan esperanza, y que carecen de la debida consideración y padecen el olvido de los medios de comunicación.
Jesús envió a sus discípulos a proclamar la Buena Nueva. Sabía que el Evangelio, la Buena Noticia por excelencia, no sería recibido con gozo en todas partes, y lo advirtió a los apóstoles: “si entráis en un pueblo y no os reciben bien, salid a la plaza y decid: Hasta el polvo de vuestro pueblo que se nos ha pegado a los pies nos lo sacudimos” (Lc 10,10-11).
Ahora bien, el consejo de Jesús no se detenía aquí, exigía a sus discípulos que añadiesen otra cosa: “Sabed, de todas formas, que está cerca el Reino de Dios” (Lc 10,11). Eso es hablar en positivo: que quien se acerca a nosotros, aunque esté desalentado e incluso nos rechace, pueda separarse de nosotros oyendo una palabra de esperanza, y perciba en nuestro comportamiento la llegada del Reino de Dios.
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