Francesc Ramis Darder
Desde la óptica catequética, dividimos el NT en cuatro secciones..
A.
Evangelios.
El término “Evangelio” procede del griego y
significa “Buena Noticia”. Proclama la buena noticia de Jesús de Nazaret quien
con su vida, muerte, y resurrección nos ha salvado. Jesús nos ha liberado, pero
también nos exige actualizar la liberación en el mundo de
forma radical: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma y con toda tu mente ... y amarás al prójimo como a ti mismo” (Mt 22,
37.39). Los evangelios son cuatro: Mateo, Marcos, Lucas
y Juan. Los tres primeros se llaman sinópticos porque narran, más o menos en
el mismo orden el ministerio de Jesús; mientras el evangelio de Juan introduce
discursos del Señor que invitan a meditar y contemplar su Palabra.
B.
Hechos de los Apóstoles.
El libro de los Hechos describe los
avatares de la primitiva comunidad cristiana. Comienza con la Ascensión del
Señor (Ac 1,3-11), seguidamente narra la vida de la comunidad de Jerusalén (Ac 1,12 - 5,42), después explica la misión a los paganos (Ac 6,1 - 12, 25), a
continuación describe el crecimiento de la comunidad desde Antioquía hasta Roma
(Ac 13,1 - 28,10), y culmina con la
llegada de Pablo a Roma donde anuncia al Señor resucitado (Ac 28,30-31). El libro no se limita a
proporcionar datos históricos de la primitiva Iglesia, sino que contempla la
comunidad desde la perspectiva de Dios en dos aspectos. 1º Explica cómo la
Palabra de Dios se expande de Jerusalén hasta Roma. 2º
Analiza cómo las comunidades viven el precepto evangélico “Amarás a Dios sobre
todas las cosas y al prójimo como a ti mismo” (Mt 22, 37.39).
C. Las
Cartas.
El NT contiene numerosas cartas
estructuradas en tres grupos. 1º Cartas de S.Pablo: Romanos, 1-2 Corintios,
Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1-2 Tesalonicenses, 1-2 Timoteo,
Tito, y Filemón. 2º Epístola a los Hebreos. 3º Cartas Católicas: Santiago, 1-2
Pedro, 1-2-3 Juan, y Judas. Contienen exhortaciones, plegarias y discursos a las comunidades para seguir el mensaje
de Jesús resucitado desde la vivencia cotidiana del amor a Dios
y al prójimo (Mt 22,37.39).
D. El
Apocalipsis.
La palabra “Apocalipsis” procede del griego y significa “desvelar, revelar”. El Apocalipsis puede enfocarse
desde múltiples perspectivas, pero la visión catequética inclina a considerarlo
un su cariz profético. El Apocalipsis examina las siete Iglesias para exigirles la vivencia del Evangelio: a la comunidad de Éfeso le
solicita el amor, a la de Esmirna y Filadelfia la fidelidad, el cambio de conducta a Pérgamo, a la de
Tiátira le pide veracidad, vigilancia a la comunidad de Sardes y a la de Laodicea le reclama el abandono de la tibieza. El resto del libro constata la radicalidad del evangelio y exige de cada cristiano la fidelidad a la enseñanza de Jesús resucitado.
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