sábado, 9 de diciembre de 2017

¿QUÉ SIGNIFICA VELAR?


                                                                                  Francesc Ramis Darder
                                                                                  bibliayoriente.blogspot.com



En la Eucaristía de este domingo, empezamos el tiempo de Adviento.; el tiempo litúrgico en que la Iglesia nos invita a preparar nuestra vida para recibir al Señor que viene a nosotros, no solo el día de Navidad, sino también al fin de los tiempos, cuando nos encontraremos con Dios cara a cara. Esta disposición para encontrarnos con el Señor, aparece en el evangelio con la palabra “velad”; decía el Señor a los discípulos: “Y lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: Velad.” El significado del término “velar” va más lejos del simple estar despierto. Según el lenguaje bíblico, la palabra “velar” nos invita a elaborar un plan de vida para disponernos a acoger al Señor, que llegará a nosotros por Navidad. La Iglesia propone un plan de vida de cinco puntos para vivir en profundidad el Adviento.

Primer punto. El Adviento es un tiempo intenso de plegaria. Propongámonos intensificar nuestra relación con el Señor. Leamos la Sagrada Escritura; si meditamos un capítulo del evangelio cada día, escucharemos la voz del Señor que nos habla y nos acompaña. Vivamos con intensidad la celebración de la Eucaristía, con atención, recogimiento y participación.

Segundo punto. El Adviento es un tiempo de esperanza. En nuestras relaciones personales procuremos ser positivos y constructivos. Aportemos la luz del evangelio a los diversos ámbitos de nuestra vida personal y social, que todo el mundo perciba en nuestro comportamiento un ejemplo de vida cristiana. Hagamos nuestras les palabras de san Pablo: “Que todos los que os conozcan, os conozcan como personas de buen trato.”

Tercer punto. El Adviento es un tiempo de conversión. Convertirse significa cambiar, según las normas del Evangelio, nuestra forma de vivir. Supone pedir perdón a quienes hemos ofendido, y también saber aceptarnos a nosotros mismos. Durante el Adviento procuremos celebrar el sacramento de la Reconciliación, recibiremos el perdón del Señor, y sobre todo la gracia de Dios para crecer en nuestra vida cristiana y edificar el Reino de Dios.

Cuarto punto. El Adviento es un tiempo de solidaridad. La conversión implica la solidaridad con el prójimo y la opción en favor de los pobres. Participemos activamente en las campañas de Cáritas que organizan los grupos de acción social de nuestras parroquias. Estemos disponibles con quien necesite nuestra ayuda. Procuremos ser generosos en la colecta a favor de Cáritas que se realiza durante el Adviento o por Navidad en todas las parroquias, es una ocasión para hacer eficaz nuestra solidaridad con los que sufren.

Quinto punto. El Adviento es el tiempo litúrgico dedicado a María. La Virgen es el modelo cristiano del Adviento; más que nadie, ella esperó con amor maternal el advenimiento de Jesús, el Salvador del Mundo. Especialmente durante el Adviento, acerquémonos a María; percibiremos en ella a nuestra madre, la madre que llevó a Jesús en sus entrañas y le acompañó durante toda su vida hasta el pie de la cruz, para gozar después de la gloria de la resurrección.


 He aquí los cinco aspectos del programa cristiano del Adviento: oración, esperanza, conversión, solidaridad, y proximidad a María. En este primer domingo de Adviento, dediquemos un rato a elaborar nuestro programa personal; seguro que nos servirá para el encuentro personal con Jesús, el Salvador de la humanidad entera.

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