Francesc Ramis Darder
Los libros históricos son 16 y catequéticamente se subdividen en cuatro secciones: Deuteronomista, Cronista,
Historias Ejemplares e Historia Macabea.
a.
Historia Deuteronomista.
Constituye el grupo más importante y lo
integran seis libros: Josué, Jueces, 1-2 Samuel y 1-2 Reyes. Comienza narrando
el gozo de la conquista de la Tierra Prometida y acaba describiendo el fracaso
del exilio en Babilonia (597-538 aC.); pero, los últimos versos alumbran la
esperanza: el rey de Babilonia, Evil Merodac, se apiada del rey de Israel,
Jeconías, y le concede trato de favor (2Re 27-30).
Lo más importante es el punto de vista
desde el que se relata la historia. Describe cada rey y después emite un
juicio. No valora al rey por sus palacios o las batallas que ganó, sino que lo contempla desde la perspectiva
religiosa. Si el monarca guardó el precepto, “Sed Santos, porque yo, el
Señor vuestro Dios, soy santo” (Lv 19, 2), se le considera buen rey. En
cambio, si no lo guardó, por grandes que fueran sus construcciones o aguerridas
sus batallas se le juzga mal gobernante. En definitiva la Historia
Deuteronomista es una lectura creyente de la realidad: observa la vida de
Israel desde la perspectiva de Dios.
b.
Historia Cronista.
La integran 1-2 Crónicas; a los que
añadimos, en perspectiva catequética, Esdras y Nehemías.
La Historia Deuteronomista, como hemos dicho, analiza cada
reinado desde la perspectiva religiosa (Lv 19, 2), y describe los hechos buenos
y malos de cada soberano. Narra las victorias de David (2 Sam 5, 1 -8, 18),
pero también cuenta el pecado del rey al hacer asesinar a su amigo Urías para
apoderarse de su esposa Betsabé (2 Sam 11). En cambio la Historia Cronista
tiende a omitir los pecados de los reyes, y magnificar sus virtudes. No cuenta
el pecado de David descrito en 2 Sam 11, y propende a engrandecer los éxitos
del monarca.
La razón profunda del cambio de perspectiva
es compleja. Israel había experimentado el exilio y vivía sometido a potencias
extranjeras. El pueblo hebreo necesitaba coraje para reemprender la existencia
religiosa, y escribió una historia que le motivara positivamente a vivir la fe
en época de oscuridad histórica y desánimo social.
c.
Historias Ejemplares.
Constituyen narraciones que mueven el
sentimiento del lector hacia la santidad. Presentan algunos israelitas, que en
momentos difíciles de la historia, han buscado ser santos como Dios es santo
(Lv 19, 2). Rut deposita la confianza en el Dios de Israel. Ester arriesga su
vida para salvar al pueblo. Judit lucha por la liberación de Israel. Tobías, en
tiempos de increencia, practica la misericordia.
d.
Historia Macabea.
Dos libros, 1-2 Macabeos, narran una cruel
guerra entre los judíos y los monarcas helenistas iniciada en el año 162 aC. En
el fondo de la crónica late el deseo de querer ser santo como Dios es santo (Lv
19, 2). La fe no es algo teórico, sino que reposa en la opción decidida por la
liberación del oprimido, y en la conciencia de que entregar la vida en favor de
quienes sufren es la mejor ofrenda que podemos presentar al Señor.
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