viernes, 6 de septiembre de 2013

¿QUIÉN ES JUDIT? EL LIBRO DE JUDIT: SINOPSIS

                                                                           Francesc Ramis Darder


    El rey Arfaxad, soberano de los medos, amuralló la ciudad de Ecbátana. Nabucodonosor exigió el auxilio de otros monarcas para doblegar a Arfaxad, pero los reyes de Occidente desdeñaron la llamada. Después de conquistar Ecbátana, Nabucodonosor eligió a Holofernes para que acabara con los occidentales rebeldes. Tras abatir numerosas naciones, Holofernes oteó el país de los judíos. El sumo sacerdote Joaquín, asustado del envite, ordenó a los habitantes de Betulia que frenaran el avance enemigo, pues de su empeño dependía la subsistencia de Jerusalén.

    Sorprendido por el arrojo, Holofernes requirió informes sobre el pueblo judío. Ajior, jefe amonita enrolado con los asirios, informó al general. Cuando concluyó el relato, Ajior advirtió a Holofernes del riesgo del ataque, pues si los judíos no habían cometido pecado, Dios lucharía a su lado y abatiría las huestes asirias. Dolido de la advertencia, Holofernes entregó a Ajior a los habitantes de Betulia para que pereciera con los judíos  durante la conquista de la ciudad. Recluido en la villa, Ajior desveló los planes de Holofernes a los jefes de Betulia.

    Los asirios ocuparon las fuentes para rendir la ciudad por sed. Cuando el agua se acababa, los judíos se inquietaron. Entonces Ozías, un jefe de la ciudad, conminó al pueblo a resistir cinco días; si al cabo del tiempo Dios no salvaba Betulia, Ozías la entregaría a Holofernes. Conocedora de la respuesta, Judit, una viuda judía, increpó a Jarmís y Jabrís, jefes de la ciudad: “Saldré con mi sierva y antes de cinco días vendrá el Señor en defensa de Israel a través de la empresa que voy a realizar” (Jdt 8,33). Tras implorar el auxilio divino, se vistió de gala y junto a su criada se dirigió al campamento asirio. Al verla, los soldados la condujeron a presencia de Holofernes. Ante el general, la viuda auguró el inminente pecado del pueblo, pues, como sentenciara Ajior, sería el pecado la causa que precipitaría la caída de Betulia. Acogida en el campamento, Judit no comía alimentos impuros, cada noche se retiraba al raso a orar y purificaba su cuerpo con agua de la fuente.

    Cuando al cuarto día Holofernes banqueteaba con sus oficiales, hizo llamar a Judit. Los dignatarios dejaron solos en la tienda a Judit y Holofernes. Cuando el asirio se durmió ahíto de vino, Judit, implorando el auxilio divino, tomó su cimitarra y le cortó la cabeza. Después huyó con su sierva hasta Betulia, llevando consigo la cabeza de Holofernes. Al entrar en la ciudad, los judíos la agasajaron, contentos de ver como el Señor había salvado la ciudad por mano de mujer. Judit mostró a Ajior la cabeza del asirio; atónito ante el prodigio, Ajior se adhirió a la fe judía; después, colocaron la cabeza en la muralla.

    Al amanecer, los israelitas atacaron el campamento enemigo. Cuando los asirios los vieron, corrieron a llamar a Holofernes; pero al encontrarlo muerto fueron presa del pánico. Los israelitas los batieron. El sumo sacerdote Joaquín, gozoso por la victoria y la salvación de Jerusalén, acudió a Betulia para contemplar la gesta y bendecir a Judit. La viuda se llenó de gozo y entonó un himno de alabanza; junto al pueblo acudió a Jerusalén para agradecer al Señor la victoria. Tras volver de Sión, Judit concedió la libertad a su sierva y distribuyó su hacienda entre los pobres; vivió hasta los ciento cinco años, admirada por todos.

   En este blog pueden leer también la entrada "Cua´ndo y por qué se escribió el libro de Judit?
http://bibliayoriente.blogspot.com.es/2014/06/cuando-y-por-que-se-escribio-el-libro.html
    Pueden consultar también el siguiente artículo:
El libro de Juditintroducción general
Francesc Ramis Darder

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