jueves, 20 de diciembre de 2012

PABLO DE TARSO: EL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES


                                                                                                          Francesc Ramis Darder


Buena parte de la vida de Pablo figura en el libro de los Hechos de los Apóstoles. El libro narra el proceso por el que la Iglesia, impulsada por el Espíritu Santo, extendió el anuncio del Evangelio, desde Jerusalén hasta Roma, y cómo desde allí se propuso predicarlo hasta los confines del Orbe (Hch 1,8; 28,28-31). De ese modo la Iglesia cumplió el mandato que recibiera del Señor: “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, […], y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra” (Hch 1,8).

    S. Lucas es el redactor del Tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles. Escribió valiéndose, en general, de una modalidad de la lengua griega llamada Coiné: la lengua que hablaba habitualmente el pueblo. Si hubiera escrito utilizando el estilo y el vocabulario de Aristóteles o Platón, muy poca gente hubiera podido comprender el contenido del libro de los Hechos. S. Lucas aspiraba a que la Palabra de Dios llegara al mayor número posible de personas, por eso eligió la forma lingüística que la mayoría comprendía con facilidad. Ahora bien, no adoptó un estilo vulgar, pues es el autor más elegante de cuantos compusieron el NT; pero, eso sí, confirió a la lengua del pueblo la mayor esbeltez literaria y la dotó de gran hondura teológica.

    Según la opinión mayoritaria de los comentaristas, s. Lucas escribió el libro por el año 90; de ahí cabe deducir que pertenecía a la segunda o a la tercera generación cristiana. Ateniéndonos a la información de una obra del siglo II, el Prólogo Antimarcionita, compuso los Hechos en Grecia, en la provincia de Acaya.

    Como dice el mismo en el Prólogo del Evangelio (Lc 1,1-4; cf. Hch 1,1-2), se informó concienzudamente de los acontecimientos antes de ponerlos por escrito. Ateniéndonos a la perspicacia teológica y a la belleza literaria, podemos afirmar que escribió para una comunidad de mentalidad griega, culta, que conocía muy el mensaje salvador de Jesús.

Ejercicio. La formación bíblica es muy importante. Intenta leer despacio la introducción al libro de los Hechos que figura en las ediciones de la Biblia.
 

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