Francesc Ramis Darder
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El topónimo “Babilonia”
constituye la helenización del término acadio “Babilim”, traducción del sumerio
“Kà-dingir-ra”, términos que significan “Puerta de dios”; la divinidad
protectora de la urbe era Amar-Utu, llamado en acadio Marduk.
Situada a la
orilla izquierda del Eúfrates y vecina de Kish y Agadé, Babilonia había sido una
colonia de los antiguos sumerios. Más tarde, tanto los acadios como la III
Dinastía de Ur controlaron la ciudad mediante gobernadores. Tras la caída de
Ur, las tribus amorreas pulularon por la zona conformando pequeños reinos, a
menudo enfrentados entre sí.
El caudillo amorreo, Sumu-abum (1894-1881 a.C.),
asentó su dinastía en Babilonia; entabló buenas relaciones con Uruk, y él mismo
o sus sucesores establecieron una alianza con el reino de Isin para
contrarrestar el ímpetu expansivo que por entonces ejercía Larsa, como hemos
visto, sobre el territorio isinita. Su heredero, Sumu-la-El (1880-1845 a.C.),
amuralló Babilonia, sometió las ciudades de Sippar y Kazallu, y derrotó al
amenazante ejército de Kish. Su hijo y sucesor, Sabium (1844-1831 a.C.) erigió
en Babilonia, capital de reino, el templo de Marduk, dios tutelar de la ciudad;
el esplendente santuario, era llamado Esagila.
A continuación, reinó Apil-Sîn (1830-1813
a.C.). Después subió al trono Sîn-muballit (1812-1793 a.C.); el monarca reforzó
las murallas de Babilonia, y trabó un pacto con Isin para confutar la amenaza
expansiva de Larsa a la que también se enfrentó (1810 a.C.). Durante su
reinado, Rîm-Sîn, rey de Larsa, conquistó Isin, destruyó la ciudad de Dêr y dominó
Uruk, pero su afán conquistador cesó cuando subió al trono babilónico el
sucesor de Sîn-muballit, Hammurabi (1792-1750 a.C.).
Con Hammurabi llegó a su
cenit, como veremos en el próximo capítulo, la grandeza de Babilonia. El
célebre “Código de Hammurabi” responde, como expondremos, al deseo de orientar
la organización social que surgió en Babilonia tras la caída de Ur y el
advenimiento amorreo.