martes, 12 de junio de 2018

ORIGEN DE LOS SUMERIOS



                                                        Francesc Ramis Darder
                                                        bibiayoriente.blogspot.com




El proceso cultural que fue gestándose durante los períodos de El-Obeid, Uruk y Jemdet Nasr, sin desdeñar las aportaciones de la  cultura de Samarra, generó la civilización sumeria en el sur de Mesopotamia. Con el paso del tiempo la civilización sumeria, ascendiendo por el curso del Éufrates y del Tigris, alcanzará toda Mesopotamia, adoptando variaciones locales, hasta llegar a las zonas colindantes (Siria), e inspirar fenómenos culturales en la meseta irania, como la escritura proto-elamita sobre tablillas y la elaboración de sellos y esculturas. Los mercaderes ampliaron las huellas de la civilización sumeria a través de las rutas comerciales; de ahí provienen seguramente los sellos, amuletos, cerámica, y tablillas encontrados en Anatolia, Siria septentrional, Fenicia o Palestina. La civilización sumeria también influyó sobre la egipcia durante el período pre-dinástico; influencia debida, probablemente, a la presencia de comerciantes sumerios en tierra del Nilo. Testigos del influjo sumerio en Egipto aparecen en el mango del “Puñal de Jebel El-Araq”, donde un varón separa dos leones que luchan entre sí; la “Paleta de Narmer”, con dibujos de animales entrelazados por el cuello; los sellos de Naqada; o los amuletos elaborados en Egipto que rememoran figuras sumerias.

     La originalidad de los sumerios, artífices de la primera civilización oriental y hablantes de una lengua sin parentesco fonético conocido, suscitó la pregunta por su origen, tema que conocen los investigadores como la “Cuestión Sumeria”. Respecto del origen de los sumerios, la historiografía destaca dos hipótesis. La primera sostiene que los sumerios conformaban un pueblo que penetró en Mesopotamia desde el noreste hasta establecerse en la zona meridional durante el período de Uruk. Sin duda, el cambio en el aspecto de la cerámica entre el período de El-Obeid y Uruk, como hemos observado, junto a la aparición escrita de la lengua sumeria durante la etapa de Jemdet Nasr, parecen alentar la propuesta, pues el cambio cerámico y la irrupción de una lengua sugieren la llegada de extranjeros a la región durante el período de Uruk. Ahora bien, como hemos expuesto, la arqueología atestigua una continuidad en el estilo y lugar donde se levantaron los templos, desde la etapa de El-Obeid hasta Jemdet Nasr. La perspectiva de la continuidad de los templos permite afinar la cuestión de la diversidad de la cerámica y la irrupción de la lengua. La sustitución de la cerámica de El-Obeid por la de Uruk no fue abrupta, sino muy lenta. De ahí que el pueblo asentado en la etapa de El-Obeid pudiera desarrollar pausadamente las técnicas que desembocaron en la cerámica de Uruk; por tanto la diferencia cerámica no expresa una ruptura cultural, sino una evolución cultural. También debemos distinguir entre lengua hablada y escrita; es cierto que las tablillas que reflejan la lengua sumeria aparecen, por primera vez en la etapa de Jemdet Nasr, pero eso no significa que la lengua no fuera hablada con anterioridad y que solo más tarde se pusiera por escrito.

    La segunda hipótesis afirma la presencia de la población que dará origen a los sumerios en Mesopotamia meridional desde antes del inicio del período de El-Obeid. La prueba esencial estriba en la continuidad cultural entre los períodos de El-Obeid, Uruk, y Jemdet Nasr, expresada, como también hemos expuesto, en la superposición de los templos edificados en el mismo lugar y con estilo parejo. Al decir de los estudiosos, las comunidades que se asentaron en Mesopotamia meridional y que más tarde engendraron la civilización sumeria llegaron desde el noreste, y absorbieron o se asimilaron a una población ya existente, llamada por los expertos “protoeufrática” (Lansberger) o “protoirania” (Kramer).

 Aunque continúe el debate sobre la “Cuestión Sumeria”, podemos inclinarnos por la segunda hipótesis; pues, considerando la superposición de los templos en el mismo lugar y con estructura pareja, cabe sugerir la llegada de una comunidad humana, procedente del noreste, a la región meridional de Mesopotamia que, tras desplazar o superponerse a otros pueblos, fue gestando el embrión definitivo de la civilización sumeria durante el arco temporal que media entre El-Obeid, Uruk y Jemdet Nasr. Dicho de otro modo; aunque sus ancestros remotos entraron en la región mesopotámica desde el noreste, la identidad de los sumerios se fraguó en la Baja Mesopotamia y se manifestó en las culturas de El-Obeid, Uruk y Jemdet Nasr.

No hay comentarios: