Francesc Ramis Darder
La primera expedición
de repatriados fue encabezada por Sesbassar (537 aC.). Recibió el título de
gobernador y se le encomendó la reconstrucción del Templo (Esd 5, 14-16). Pocos
años después, Zorobabel con otra partida
de exiliados llegó a Jerusalén para continuar la obra de Sesbassar (Ag 1, 1).
Palestina estaba integrada en la provincia persa de Transeufratina, dividida, a
su vez, en regiones menores, una de las cuales era Yehud (Judea). Los judíos,
animados por los profetas Zacarías y Ageo,
levantaron el Templo en el año 515 aC.
En el año
415 aC. un dignatario persa de origen judío, Nehemías, es designado por el rey
Artajerjes gobernador de Yehud (Judea), con la misión de reconstruir la
murallla de Jerusalén (Neh 5, 14). Acabada su tarea, regresó a Persia, y en el
año 430 aC. fue nombrado de nuevo gobernador de Judea; le acompañó Esdras,
sacerdote y escriba, para realizar la reforma religiosa (Esd 7, 11-26). Judea,
después, cayó en el desaliento de una vida lángida, mientras lentamente el
imperio persa se deshacía.
Alejandro
Magno, rey de Macedonia (Grecia), inició la conquista de Oriente (334 aC.). En
Jerusalén recibió el acatamiento del sumo sacerdote y de la población. Judea
pasó a depender de los griegos. A la súbita muerte de Alejandro (323 aC.), siguió
una época turbulenta en que sus generales se repartieron el imperio.
El general
Ptolomeo, con el título de rey, ocupó Palestina (320 aC.), pero más tarde pasó
a los sucesores del general Seluco (198 aC.). Un descendiente de Seleuco, el
rey Antíoco IV Epífanes (175-164 aC.), oprimió al pueblo hebreo intentando
eliminar su cultura y religión. Ante la agresión, los hermanos macabeos (167
aC.) iniciaron una guerra de liberación nacional, en la que murió Judas Macabeo
(161 aC.), caudillo de la revuelta. Le sucede su hermano Jonatán y después
Simón (142 aC.). La valentía de los macabeos y las dificultades internas de
Antíoco en su imperio, favorecieron que los judíos recuperaran la
independencia.
Juan
Hircano (134 aC.) sucedió a su padre Simón, devino sumo sacerdote y príncipe de
un estado independiente. Su hijo Aristóbulo se proclamó rey (104 aC) iniciando
la dinastía asmonea. Los asmoneos al principio procuraron la prosperidad del
país pero, a excepción de la reina Salomé Alejandra (77-67 aC.), cayeron en la
corrupción y las disputas internas.
Durante las
disensiones asmoneas el general romano Pompeyo conquistó Jerusalén (63 aC.), y
el senado proclamó a Herodes (40-4 aC.) rey de los judíos. Herodes reconstruyó
el Templo, levantó nuevas ciudades y edificó fortalezas, pero su carácter
cínico engendró en el reino un régimen de terror.
A la muerte
de Herodes el reino se dividió entre tres de sus hijos. Arquelao gobernó
Samaría, Judea e Idumea. Herodes Antipas heredó Galilea y Perea. Herodes Filippo
recibió territorios situados más al norte de Galilea. El año 6 dC. el emperador
romano depuso a Arquelao y entregó su teritorio al gobierno de un procurador
romano.
Los
procuradores sometieron al país a duro régimen tributario. El procurador más conocido
es Poncio Pilato, en cuyo procuratorato (26-36) tuvo lugar el ministerio
público de Jesús. Los judíos se rebelaron contra Roma en el año 66 dC. La
respuesta romana no se hizo esperar, primero Vespasiano y después Tito
reconquistaron el país tomando Jerusalén (70 dC.) y la fortaleza de Masada (73
dC.), convirtiendo Judea en provincia romana. En el año 132, acontece otro
levantamiento encabezado por Bar Kokba, como represalia el emperador Adriano
expulsa a los judíos de Jerusalén, convirtiendo la Ciudad Santa en la colonia
romana de Aelia Capitolina (135).