Francesc Ramis Darder
bibliayoriente.blogspot.com
1. Comencemos haciendo unos momentos de
silencio para serenar nuestro espíritu.
2. Después observemos nuestra vida; aquello
que no alegra o angustia.
3. Leamos la Sagrada Escritura; en estas hojas
tenemos un conjunto de citas bíblicas. Elijamos una cada día del Adviento;
fijémonos en alguna palabra o en alguna frase.
4. Vayamos repitiendo lentamente esta palabra
o esta frase en nuestro interior.
5. Apliquemos esta palabra o esta frase a la
situación de nuestra vida que antes hemos contemplado. Pidamos después a Dios
que nuestra vida vaya en consonancia con las palabras de la Escritura que hemos
repetido en nuestro interior.
27. Noviembre. Que el
mismo Dios de la paz os santifique totalmente, y que todo vuestro espíritu,
alma y cuerpo se mantenga sin reproche hasta la venida de nuestro Señor
Jesucristo. El que os llama es fiel, y él lo realizará (1Tes 5,23-24).
28.Alegraos siempre en el
Señor; os lo repito, alegraos. Que todo el mundo os conozca como personas de
buen trato. El Señor está cerca (Flp 5,4-5).
29.Nosotros, en cambio, somos
ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo (Flp
3,20).
30.Esperamos la manifestación
de Jesucristo, nuestro Señor. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que
seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Dios es fiel (1Cor
1,7-9).
1. Diciembre. Hermanos,
esperad con paciencia hasta la venida del Señor. Mirad: el labrador aguarda el
fruto precioso de la tierra, esperando con paciencia hasta que reciba la lluvia
temprana y tardía. Esperad con paciencia también vosotros, y fortaleced
vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca (Sant 5,7-9).
2.El Señor no retrasa su
promesa, como piensan algunos, sino que tiene paciencia con vosotros, porque no
quiere que nadie se pierda sino que todos accedan a la conversión (2Pe 3,8-9).
3.Ya es hora de despertarnos
del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando
abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las
obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz (Rom 13,11-12).
4.Venid, subamos al monte del
Señor, a la casa del Dios de Jacob. El nos instruirá en sus caminos y
marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la
palabra del Señor (Is 2,3).
5.Mirad que llegan días –dice
el Señor- en que daré a David un descendiente legítimo: reinará como monarca
prudente, con justicia y derecho en la tierra (Jr 23,5).
6.No juzguéis antes de tiempo,
dejad que venga el Señor. El iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá
al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá de Dios lo
que merece (1Cor 4,5).
7.Cielos destilad desde lo
alto la justicia, las nubes la derramen, se abra la tierra y brote la
salvación, y con ella germine la justicia (Is 45,8).
8.Dice el Señor: Sé muy bien
lo que pienso hacer con vosotros: designios de paz y no de aflicción, daros un
porvenir y una esperanza. Me invocaréis e iréis a suplicarme, y yo os
escucharé. Me buscaréis y me encontraréis (Jr 29,11-13).
9.Brotará un renuevo del
tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él reposará el
espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y entendimiento, espíritu de consejo
y fortaleza, espíritu de ciencia y temor del Señor (Is 12,1-3).
10.En cuanto a vosotros, que
el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo
que nosotros os amamos a vosotros; y que afiance así vuestros corazones, de
modo que os presentéis ante Dios nuestro Padre santos e irreprochables en la
venida de nuestro Señor Jesús (1Tes 312-13).
11.El Señor se apiadará de
Jacob, volverá a escoger a Israel y lo restablecerá en su tierra. Los
extranjeros se unirán a ellos y se incorporarán a la casa de Jacob (Is 14,1).
12.En sus días se salvará
Judá, Israel habitará seguro; y le pondrán este nombre:
“El-Señor-nuestra-justicia” (Jr 23,6).
13.Mirad: la Virgen está
encinta y da a luz un hijo, y le pondrán por nombre Enmanuel. Comerá requesón
con miel, para que aprenda a rechazar el mal y escoger el bien (Is 7,14-15).
14.Escucha, Señor; perdona y
atiende Señor; actúa sin tardanza, Señor mío, por tu honor, pues tu nombre es
invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo (Dan 9,19).
15.Mayor será la gloria de
este segundo templo que la del primero, dice el Señor del Universo. Derramaré
paz y prosperidad en este lugar, dice el Señor (Ag 2,7.9).
16.Y tú, Belén Efratá, pequeña
entre los clanes de Judá, de ti voy a sacar al que ha de gobernar Israel (Miq
5,1).
17.El Señor es mi Dios y
Salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él es
mi salvación (Is 12,2).
18.Misericordia, Dios mío, por
tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito,
limpia mi pecado (Sal 51,1).
19.Baje a nosotros la bondad
del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos (Sal 90,17).
20.El Señor es mi pastor, nada
me falta (Sal 23,1).
21.Por la entrañable
misericordia de nuestro Dios nos visitará el sol que nace de lo alto. (Lc 1,7).
22.¡Levántate, brilla,
Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! (Is 60,1).
23.Quien de vosotros teme en
el Señor y escucha la voz de su siervo, aunque camine en tinieblas, sin ninguna
claridad, que confíe en el nombre del Señor, que se apoye en su Dios". (Is
50,10).
24.María, Dios te ha concedido
su favor; vas a concebir y dar a luz un hijo al que pondrás por nombre Jesús.
Será grande, se llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de
David, su antepasado. (Lc 1,30-32).
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