jueves, 22 de agosto de 2019

ECOLOGÍA BÍBLICA V


                                                                                Francesc Ramis Darder
                                                                                bibliayoriente.blogspot.com


Todo era muy bueno

La primera página del Génesis constituye la más profunda metáfora para describir el origen del cosmos, de los vivientes, y del ser humano. Al atardecer de los cinco primeros días de la creación, la Escritura señala la meditación divina: “Y vio Dios que era bueno” (Gn 1,18). No obstante, el sexto día, cuando Dios ha culminado su obra, la reflexión es más honda: “Vio Dios todo lo que había hecho, todo era muy bueno” (Gn 1,31).

    El cosmos, la “casa común del hombre y los demás vivientes”, es muy bueno porque constituye el reflejo de la bondad divina. La Biblia contiene un lenguaje preciso. Si contamos las veces que aparece la palabra Dios en el relato de la Creación, veremos que son 35. El número 35 es el producto de 5 por 7. Desde la óptica metafórica, el 5 alude al Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia donde figuran los Mandamientos; mientras el 7 constituye una referencia a la totalidad de la creación. Así pues, todo el cosmos (7) creado por Dios reposa por entero en la armonía que confiere la fidelidad a los mandamientos divinos (5). La tarea del ser humano consiste en conducir el cosmos por la senda de la armonía para que la creación pueda reflejar la bondad del Señor.  

   




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