Francesc Ramis Darder
bibliayoriente.blogspot.com
Misión del ser humano
Como señala el Génesis,
la intervención de Dios originó la luz, la bóveda para separar las aguas, la
vegetación, las lumbreras del cielo, los animales marinos, las aves, los
animales terrestres y, finalmente, el hombre. Dijo Dios: “Hagamos al hombre a
nuestra imagen y semejanza” (Gn 1,26). Después, especificó la misión del ser
humano: “habitad y someted la tierra” (Gn 1,28). Desde la perspectiva bíblica,
la locución no indica en modo alguno la autoridad arbitraria del hombre sobre
el resto de la creación. Señala la obligación impuesta por Dios al ser humano
para que conduzca el curso de la creación por la senda de los mandamientos
divinos (Ex 20,1-21).
El hombre no puede someter la creación al
dominio de los falsos dioses que él mismo engendra. No puede subyugar la
naturaleza, la “casa común de los seres vivos”, al afán de poder, ni al deseo
de aparentar, ni a la explotación, ni tampoco a la superficialidad que implica
el menosprecio hacia las creaturas. La misión del ser humano radica en construir
la sociedad que, en harmonía con la naturaleza, transparente el amor de Dios
por el mundo entero.
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