Francesc Ramis Darder
bibliayoriente.blogspot.com
Caos y Confusión
Antes de comentar el
proceso creador, la Escritura describe el aspecto del cosmos: “la tierra era caos, confusión, y oscuridad por encima del
abismo” (Gn 1,2). Los términos “caos, confusión, oscuridad, abismo” no aluden
solo a la realidad geográfica, describen la naturaleza de los ídolos, los
falsos dioses (Is 41,19; 44,9).
Los ídolos capaces de acabar con la
tierra, la “casa común del hombre y los demás seres vivos”, son cuatro: el afán
de poder, la ambición de acaparar bienes sin medida, el afán por la falsa
apariencia, y la superficialidad en el conocimiento personal y la relación
social.
Cuando Dios “creó el cielo y la tierra”,
estableció que el ámbito ecológico, la “casa común de la humanidad y los vivientes”,
dejaría de estar sometida a la superficialidad, el poder, la ambición, o la
apariencia, para estar sostenida en el designio divino.
Al leer el relato de la Creación (Gn
1,1-2,4), apreciamos que la locución “dijo Dios” aparece diez veces. Según la
simbología bíblica, las diez menciones constituyen la metáfora de las “Diez
palabras”, eco de los diez mandamientos proclamados por Dios en el Sinaí (Ex
20,1-21). La Biblia certifica, de ese modo, que la harmonía del cosmos reposa
en la vivencia de los mandamientos
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