jueves, 16 de marzo de 2017

CUARESMA



                                           Francesc Ramis Darder
                                           bibliayoriente.blogspot.com


La fiesta más importante del ciclo litúrgico es la Pascua, la celebración de la resurrección del Señor.

 La Pascua es tan importante que dedicamos cuarenta días a prepararnos para poder celebrarla con la mayor intensidad; y estos cuarenta días de preparación constituyen la Cuaresma. Dura cuarenta días en recuerdo de los cuarenta años que pasaron los israelitas en el desierto antes de llegar a la Tierra Prometida, y en memoria de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de empezar a predicar el evangelio.

A fin de que la Cuaresma sea una verdadera preparación para vivir la Pascua, la Iglesia nos aconseja tres cosas:

Primera: la Plegaria. Dediquemos cada día un rato a la oración y a la lectura del evangelio, participemos en el Vía Crucis y en el oficio de Vísperas que organiza la parroquia, vivamos con intensidad la celebración de la Eucaristía y la Reconciliación.

Segunda: Práctica de la Caridad cristiana. Estemos especialmente atentos a los hermanos que reclaman nuestra ayuda, en la colecta del Jueves Santo ayudemos especialmente a Cáritas, en la del Viernes Santo colaboremos con los cristianos de Tierra Santa.

Tercera: Ayuno. El ayuno y la abstinencia son signos que nos recuerdan que estamos en el camino de la Cuaresma; pero también nos enseñan que podemos desprendernos de algunas cosas para poder ayudar a los demás e incluso sentirnos mejor nosotros mismos.

    La oración, la práctica de la caridad cristiana, y la capacidad de desprendernos de lo que a menudo es superfluo fortalecen nuestra capacidad de amar a Dios y al prójimo. Que la Cuaresma de este año sea para todos el camino hacia el encuentro del Señor el domingo de Pascua.
             



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