martes, 5 de enero de 2021

¿QUÉ SIGNIFICA PENSAR?

 

                                                                             Francesc Ramis Darder

                                                                             bibliayoriente.blogspot.com

 

Como sugiere la Escritura, la capacidad de pensar implica el esfuerzo por adoptar el estilo de vida propio del profeta y del sabio. Veámoslo.

 

    En el ámbito cultural mesopotámico, las leyes asirias llamaban la atención por su crueldad, la aplicación feroz de la pena de muerte y la presencia de los castigos vicarios; este último aspecto es curioso, prevé que un inocente cumpla la pena del culpable. El pueblo hebreo inspiró su legislación en las leyes mesopotámica, pero cambió la raíz del planteamiento. El AT reduce la pena de muerte al mínimo, pues la pena capital, habitual en la antigüedad, está muy mitigada. Además, dulcificó la dureza del castigo; impidió que el inocente cumpliera la condena del culpable y prohibió los sacrificios humanos.

 

   La dureza de la legislación asiria parecía querer eliminar la vida. En cambio, las leyes israelitas favorecía la vida en todos los aspectos; por eso los profetas exigían que la ley fomentara el bienestar y la vida comunitaria. Amós advierte que la riqueza de unos pocos arroja al pueblo en la miseria, por eso demanda la justicia para obtener una existencia digna para todos (Am 8,4-14); de modo análogo, cuando Oseas percibe la insolidaridad social, reclama la misericordia (Os 1-3). En definitiva, los profetas exigen la promoción social y humana del pueblo; así siembran la vida, pues promueven la justicia, la misericordia, el perdón y la esperanza.

 

    En contraposición a la cultura mesopotámica, el mundo de las leyes; Egipto aparece  como el país de los sabios. Todo egipcio quería poseer una elocuencia deslumbrante para convencer a hombres y dioses de cualquier idea. La obra literaria más conocida es el “Libro de los Muertos”. Los hebreos aprendieron la sabiduría egipcia, pero recalcaron un aspecto decisivo. La sabiduría no solo consistía en la “elocuencia deslumbrante”, debía desarrollar la “responsabilidad” ante la vida. La sabiduría bíblica implica el esfuerzo del hombre por acrecer sus virtudes y atemperar sus defectos para alcanzar la madurez personal y la armonía social; así la sabiduría se convierte en el arte de ser profundamente humano (Ecl 3,1-8).

 

    Saber pensar implica adoptar el estilo de vida del sabio y del profeta. A la luz de los sabios, significa actuar con responsabilidad ante la vida, desarrollando las virtudes y corrigiendo las carencias personales y sociales. A tenor de los profetas, requiere el compromiso en la promoción de la vida, sembrando la justicia, la fe y la misericordia.

 


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